Hoy tengo deseos de escribir, hay miles de temas posibles entre marketing digital, emprendimiento social, una que otra causa social con las cuales me he identificado, pero solo puedo pensar en la vida y esa historia aun no contada.
Día a día me levanto entre proyectos, metas y miles de tareas por hacer que me ayuden avanzar y construir mi presente – mi futuro, pero en medio del afán del día y el mantener mi mente ocupada se pierden esos momentos dulces que te recuerdan respirar y llenarte de amor.
Hace poco la vida trajo consigo un cambio que me negaba a dar, mi mente no quería darlo por miedo y prolongaba lo inevitable. No obstante, el corazón se preparaba en secreto, y recuerdo lo que un amigo me decía: las mujeres suelen actuar con inteligencia porque llevan el duelo de perdida mientras aún están en la relación y cuando menos piensan rompen las ataduras.
El día llego sin que yo lo planeara, sin previo aviso, sin palabras; con su partida, mi ser sintió paz – tranquilidad y una sonrisa de bienestar se reflejo en mi rostro, no puedo estar mas agradecida porque cuando algo se va, algo llega a tu vida, y mi fortuna es aún más grande pues quien llego y esta de vuelta, es nada más y nada menos, que esa bruja negra que hay en mi, esa mujer decidida, fuerte, con pocos escrúpulos, que no le importa lo que dicen los demás, 100% racional y concentrada en sus ideales, metas, deseos. Pensarán que el no ahogarse en lagrimas es porque no amé pero están muy equivocados, no soy de quienes dan a medias, soy de quienes se dan por completo y sin medida pero no funcionaba, por 3 años lo había intentado, dedicado tiempo y lo amaba; No obstante como lo dijo mi personaje favorito de «Sex and The City» Samantha Jones: me amo más a mí misma y llevo amándome y mimándome por 30 años y debía trabajar en esa relación para que siguiera así.
El tiempo ha trascurrido con oportunidades – retos que me hacen sentir viva, sin embargo, mi rostro aún solo tiene media sonrisa. ¿Por qué? Porque Me Extraño!! En medio de ese regreso algo quedo perdido en la oscuridad del miedo, cuando algo de dulzura – ternura aflora en mi, cuando esa bruja blanca como suelo llamarle sale de su torre, mi mente testaruda recrea imaginarios para detenerme – frenarme. E inicia en mi interior todo un mundo de contradicciones donde mi ser esta lleno de amor incondicional (que se multiplica con cada rayo de sol en la mañana, o el roce de cada gota de lluvia en mi rostro, la sonrisa de la señora que barre las calles, la melodía de cada canción festiva o esa perrita que se sienta a mi lado) pero el ego busca amedrentarlo y aislarme en soledad.
Simplemente quiero volver a sentir… Así que solo resta decir: Paciencia, Astrid, Paciencia!!!.