Hoy día del padre es una gran ocasión para hablar de esa persona que tanto amo y aunque quiera aparentar que no importa, es a quien por la afectación que causa en mi vida paso por un momento en que lo mantengo lejos de mi, esa persona es mi PADRE.
De los pocos recuerdos que tengo de mi niñez los tengo a su lado, siempre fue un hombre muy trabajador y su trabajo hacia que en ocasiones estuviera ausente de casa, quizás por eso cada momento a su lado era importante, no puedo olvidar esas tardes en que estando cerca de ser las 6:00 P.M., mi hermano y yo nos sentábamos en el andén de la casa esperando verlo llegar en su moto para que nos diera una pequeña vuelta a la cuadra; No puedo olvidar cuando llego el momento de cambiar la pequeña bicicleta por esa que me superaba en tamaño y de su compañía vigilante esperando que yo aprendiera a manejarla; No puedo olvidar cuando por estar jugando en los potreros de la finca termine en medio de un alambre de púa y fue el quien bajo corriendo ayudarme, el era mi alcahueta, con quien compartía el amor por la lectura y me regalaba libros… Mamá si lees esto no te pongas celosa o sientas mal, pues habrán letras dedicadas a ti, eres una mujer tan grande, una superheroína que mi palabras se quedarían cortas.
No obstante, no solo era mi alcahueta, era el hombre de mis ojos y como él no había – no hay nadie, en él veía perfección. Mi papá junto a mi madre me dieron grandes lecciones, se encargaron de cimentar mi vida sobre fuertes principios e influyeron en mi independencia de pensamiento, de cuestionar. Por otro lado, de la mano de mi papá aprendí que el ser humano no es perfecto, cometemos errores, nos equivocamos, sin quererlo llegamos a lastimar a quienes amamos y como lo mencione en mi anterior post:
Toda relación es frágil.
El que sucedió para decepción de mis lectores no lo voy a contar pues son ese tipo de historias que solo pertenece a la familia que las vive, pero si lo que pasaba en mi interior: sentí rabia, dolor, tristeza pues de quien más amaba estaba experimentando mi primer decepción, de mi corazón se apoderó el rencor y por mucho tiempo permití que habitara en mí. El amor se ausento y deje que ese sentimiento de rabia me llevará a cometer actos de imprudencia que han causado un abismo aún mas grande entre los dos, y mi querido papá: Lo lamento mucho, lo siento.
Ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que sonreímos juntos, cada día que pasa es como si poco a poco se esfumaran esos bonitos momentos juntos, nos hemos distanciado de tal manera que ya no nos reconocemos el uno al otro, y es realmente triste como su interior se ha llenado de rencor hacia su hija y de decepción. Los dos nos encontramos en un camino que no sabemos como dar reversa, o solo nos falta asumir un nuevo inicio en donde solo pensemos en el amor que nos tenemos, dejando de lado todas las prevenciones y prejuicios, y adquiriendo el compromiso de empezar a conocernos y aceptarnos tal cual somos.
Papa: No soy una mala persona, solo soy distraída – despistada y en definitiva soy un ser humano imperfecto… Vivo perdida en medio de la búsqueda de mi ser – de quien soy, necesito reconocerme a mi misma para hallar mi paz y brindársela a los demás. Me da tristeza que no puedas ver a tu hija lejos de los prejuicios y fallas, perdiendo la oportunidad de conocer a un maravilloso ser humano lleno de potencialidades (y no es por ser pretenciosa, confió en todas las competencias que tengo).
Se que piensas que pierdo el tiempo porque económicamente no tengo nada, porque vivo apretada y en el manejo de mis finanzas soy la peor pero cada cosa en la que me he metido a sido por amor, porque me apasiona, porque me enseña nuevas lecciones y estoy convencida que cada semilla sembrada me llevara al éxito que yo y mi peque necesita.
Finalmente, debo decir que no le tengo rencor – ni odio, ya todo lo sané, lo saque de mi corazón y lo sucedido solo fue parte de una lección que debía aprender y la mejor persona para enseñarme ese significado era él; el mantenerlo ausente y lejos de mí solo es una medida de defensa ya que me duele sus juicios y son capaces de quitarme la fe – confianza en mi misma pues de él necesito sus consejos y su abrazo cuando la vida me abate.
Lo siento, se que tenía planes para mi y visionaba mi vida de manera diferente; Perdóname, se que he cometido miles de errores – fallas y por mi culpa se han creado miles de problemas; Te amo, es la persona que mas adoro y la cual espero algún día se sienta orgulloso; Gracias, pese a no merecerlo y no hablarnos, ha estado allí para ayudarme a solucionar cada situación y es un grandioso abuelo.
Espero que un día nos sentemos juntos en el balcón de la finca, recuperemos el tiempo perdido y simplemente nos riamos de lo tontos que hemos sido por dejarnos perder el uno al otro.
Así que solo resta decir: Paciencia, Astrid, Paciencia!!!.