Después de un año regrese a esta ciudad a la que tenía miedo de volver por todos aquellos recuerdos que ella guardaba. Las calles de Bogotá fueron testigo de algunos recorridos junto a quién llegué a ver como mi compañero de viaje y no quería sentir que las lágrimas se acumularán en mis ojos. Sin embargo, solemos huir tanto de lo que nos duele que olvidamos que correr en sentido contrario en vez de enfrentarlo, termina alejándonos de nosotros…Y sucedió. Mientras caminaba por esas calles llenas de color, de arte, de historia. Donde cada graffiti refleja el sentir del alma …
Como negar mi naturaleza de mujer.
Por mucho tiempo maldecía aquellos días donde mi espíritu de Juana de Arco se desvanecía para ser una simple damisela a la que hasta la belleza de un atardecer le generaba lagrimas.Por mucho tiempo maldecía ese sentimiento de ser débil y sentirme el ser menos adecuado, cuando quería ser la caballero de armadura reluciente de mis días.Por mucho tiempo maldecía esos momentos que al verme al espejo veía miles de imperfecciones, olvidando que era una flor silvestre que en época de lluvia sus pétalos se marchitaban pero su delicioso olor y belleza seguían intactos.Por mucho tiempo maldecía esos arrebatos de …
Carta para mi niña interior
Mi hermosa niña. No creas que me he olvidado de ti, todos los días te pienso y observo cada cosa que te pasa…sé que tienes miedo, que te sientes indefensa, vulnerable, perdida y todas esas ilusiones que te motivaron a ir tras sueños parecen haberse desvanecido. Acaso ¿Olvidaste la determinación que siempre tuviste desde muy chica? Recuerda ese día en que aprendías a montar tu bicicleta. Ese día recibiste un fuerte golpe, un golpe con el cuál cualquier niña hubiera llorado, y tú, te levantaste, seguiste tu camino sin importar nada, solo querías seguir pedaleando. Sé que el final de …
La lucha por mis derechos como mujer
En la madrugada, cuando el viento frio entra por mi ventana abierta, mi cuerpo que se encuentra desnudo bajo mi cobija, porque no hay noche más placentera como cuando duermo despojado de tu ropa, siento desde mis pies como se va estremeciendo y cada uno de mis poros se va erizando. Mis manos inquietas lentamente, mezclando dulzura y agresividad, acarician cada milímetro de mí; dibujo con la yema de mis dedos mi cuello desde detrás de mi oreja, bordeo mis senos y me siento tentada a apretarlos… solo quiero seguir recorriéndome.Continuo deslizándome hasta mis caderas, mi cintura y el frió …