Mi hermosa niña.
No creas que me he olvidado de ti, todos los días te pienso y observo cada cosa que te pasa…sé que tienes miedo, que te sientes indefensa, vulnerable, perdida y todas esas ilusiones que te motivaron a ir tras sueños parecen haberse desvanecido.
Acaso ¿Olvidaste la determinación que siempre tuviste desde muy chica? Recuerda ese día en que aprendías a montar tu bicicleta. Ese día recibiste un fuerte golpe, un golpe con el cuál cualquier niña hubiera llorado, y tú, te levantaste, seguiste tu camino sin importar nada, solo querías seguir pedaleando. Sé que el final de la historia no es linda, pues sin percatarte te desvaneciste, pero tuviste la fuerza de levantarte y no estabas sola, allí había alguien para darte consuelo, para ayudarte.
Así que es momento de seguir pedaleando. Sé que en tu caminar has recibido fuertes golpes, te has lastimado y tienes muchas cicatrices, pero se cerraron, sanaron y siempre tuviste la determinación de seguir adelante. Y cuando sentiste que te desvanecías, yo estaba allí para ti.
¡Basta ya! No sigas acumulando más sentimientos que te lastiman, solo porqué erróneamente piensas que te mantienen de pie. Ya las piernas te tiemblan por obligarte estar de pie, rígida, paralizada, sé que ya no puedes seguir así. Déjate caer, no es malo sentirse débil, no es malo sentirse sin fuerza.
Si tienes que caer para levantarte ¡HAZLO¡, si tienes que llorar ¡HAZLO! , si sientes que debes iniciar miles de veces ¡HAZLO! Siempre te arriesgaste a ir tras lo que querías aún cuando el intento te dejará con raspaduras ¿Por qué ahora debe ser diferente?
Sueña¡ Sueña¡ Así como al sentirte triste buscas la belleza en cada cosa y te sientes feliz de poder verla. Deja nuevamente que algo de fantasía, de ilusión te llene. De esa ilusión que te mantenía convencida de que todo es posible y aún con todo en contra te mantenía segura de que todo se cumpliría. Permítete volar, perderte en medio de esos ideales de tus deseos, porqué tienes deseos, no te niegues a pensar en ellos pues eso te está ahogando.
Es hora de poner orden, dar ese grito al vacío y quitarte esa venda que el miedo te puso. ¡No le des más poder! No puede ser sano que opaques un momento de dicha o ese instante para soñar solo por pensar en lo peor que puede pasar y así cualquier cosa buena que suceda te va sorprender. Ni tampoco puede ser sano que te escondas en pensamientos cómo que no eres la correcta para desempeñar una tarea, ser parte de un equipo o estar a su lado, simplemente porque hubo errores y dejaste de creer que algo maravilloso pueda sucederte.
MERECES¡ Mereces cada cosa bella que te sucede y cada cosa bella que está por llegar. Cómo no vas a merecerlo si cada cosa que haces, que das, es con amor. Recuerda que tu pilar es el amor: el amor que yo te tengo, el amor por cada cosa que haces, el amor por quienes hacen parte de tu vida, el amor por tus sueños, el amor por cada simple cosa.
Así que es momento de volver respirar, dejarte caer y prepárate para volar. Paciencia, Astrid, paciencia.